jueves, 5 de junio de 2014

Pastel de Damasco


Tras nuestro regreso de Turquía no podríais esperar otra cosa que una serie de recetas de la gastronomía de aquel país. Un viaje de ensueño , comenzando por Éfeso, el largo recorrido hasta las fuentes de Pamukkale y la entrada en el paisaje mágico de la Capadocia. Finalmente, Estambul. Hemos visto Grecia, Asia y un atisbo de Europa, en un crisol que se complementa con la llamada del muecín a la oración. No creo que haya otro país que reúna tanto folclore. 

Para comenzar, un postre muy sencillo. La repostería turca usa cereal (sémola, búlgur), semillas (amapola, tahini) y harina de arroz. Usa yogur, fruta , hojaldres. Y todo bien empapado en almíbar (agua, azúcar y limón).   Este pastel de Damasco es un buen ejemplo de ello. La elaboración es muy sencilla. Es imprescindible dejar resposar el postre , al menos, una noche en la nevera. Así coge cuerpo, el almíbar gana densidad y los sabores se asientan definitivamente. Por supuesto, acompañad este pastel de un buen té de manzana o de granada, otros dos grandes del lugar.

En la elaboración he usado una taza mediana de desayuno. Ojo! No son los cups a los que estamos acostumbrados. Siempre y cuando mantengáis la misma taza para todas las medidas no tendréis problemas.


Buen provecho! Afiyet olsun


Ingredientes:

  • Dos tazas y media de sémola fina.
  • Una taza de yogur natural sin azúcar.
  • Una taza de azúcar blanca.
  • Un chorrito de esencia de vainilla.
  • Una cucharadita de café de bicarbonato.
  • Una taza de cacahuetes salados, sin piel.
Almíbar
  • 3 tazas de agua.
  • 3 tazas de azúcar blanca.
  • Una cucharada sopera de zumo de limón.

Elaboración:

Precalentamos el horno 200ºC , calor arriba y abajo.

Reservamos unos pocos cacahuetes para decorar. El resto los picamos finamente.
En un cuenco ponemos la sémola, el azúcar , el yogur, la esencia de vanilla y el bicarbonato. Añadimos los cacahuetes finamente picados y movemos para integrar bien.

Usaremos un molde rectangular de unos 15x20cms . Mojamos con agua los bordes y el fondo (nos ayudamos de una brocha de cocina para ello) y extendemos la masa del pastel de manera uniforme. Debe quedar de un grosor de 1'5 o 2 cms. Pinchamos los cacahuetes enteros que habíamos reservado por la superficie del pastel. 


Introducimos al horno y dejamos cocer hasta que la superficie adquiera un color dorado uniforme (aprox. 1 h)

Cuando el pastel esté casi listo, preparamos el almíbar mezclado todos los ingredientes en un cazo. Ponemos a hervir unos 5 minutos. Sacamos el pastel del horno y mientras está caliente volcamos cuidadosamente todo el almíbar sobre él. No os preocupéis, absorberá todo aunque se quede sumergido. Dejamos que se enfríe y metemos en la nevera.

Servir cortado en cuadraditos, acompañado de té. 



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