Tras nuestro regreso de Turquía no podríais esperar otra cosa que una serie de recetas de la gastronomía de aquel país. Un viaje de ensueño , comenzando por Éfeso, el largo recorrido hasta las fuentes de Pamukkale y la entrada en el paisaje mágico de la Capadocia. Finalmente, Estambul. Hemos visto Grecia, Asia y un atisbo de Europa, en un crisol que se complementa con la llamada del muecín a la oración. No creo que haya otro país que reúna tanto folclore.
Para comenzar, un postre muy sencillo. La repostería turca usa cereal (sémola, búlgur), semillas (amapola, tahini) y harina de arroz. Usa yogur, fruta , hojaldres. Y todo bien empapado en almíbar (agua, azúcar y limón). Este pastel de Damasco es un buen ejemplo de ello. La elaboración es muy sencilla. Es imprescindible dejar resposar el postre , al menos, una noche en la nevera. Así coge cuerpo, el almíbar gana densidad y los sabores se asientan definitivamente. Por supuesto, acompañad este pastel de un buen té de manzana o de granada, otros dos grandes del lugar.
En la elaboración he usado una taza mediana de desayuno. Ojo! No son los cups a los que estamos acostumbrados. Siempre y cuando mantengáis la misma taza para todas las medidas no tendréis problemas.
Buen provecho! Afiyet olsun!
Ingredientes:
- Dos tazas y media de sémola fina.
- Una taza de yogur natural sin azúcar.
- Una taza de azúcar blanca.
- Un chorrito de esencia de vainilla.
- Una cucharadita de café de bicarbonato.
- Una taza de cacahuetes salados, sin piel.
Almíbar
- 3 tazas de agua.
- 3 tazas de azúcar blanca.
- Una cucharada sopera de zumo de limón.
Elaboración:
Precalentamos el horno 200ºC , calor arriba y abajo.
Reservamos unos pocos cacahuetes para decorar. El resto los picamos finamente.
En un cuenco ponemos la sémola, el azúcar , el yogur, la esencia de vanilla y el bicarbonato. Añadimos los cacahuetes finamente picados y movemos para integrar bien.
Usaremos un molde rectangular de unos 15x20cms . Mojamos con agua los bordes y el fondo (nos ayudamos de una brocha de cocina para ello) y extendemos la masa del pastel de manera uniforme. Debe quedar de un grosor de 1'5 o 2 cms. Pinchamos los cacahuetes enteros que habíamos reservado por la superficie del pastel.
Introducimos al horno y dejamos cocer hasta que la superficie adquiera un color dorado uniforme (aprox. 1 h)
Cuando el pastel esté casi listo, preparamos el almíbar mezclado todos los ingredientes en un cazo. Ponemos a hervir unos 5 minutos. Sacamos el pastel del horno y mientras está caliente volcamos cuidadosamente todo el almíbar sobre él. No os preocupéis, absorberá todo aunque se quede sumergido. Dejamos que se enfríe y metemos en la nevera.
Servir cortado en cuadraditos, acompañado de té.
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